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jueves, 12 de mayo de 2016

¿El cerebro y la adicción sexual?

¿El cerebro y la adicción sexual?

En la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, se realizó un estudio utilizando imágenes logradas por resonancia magnética, se efectuó un escáner cerebral a cada uno de los 19 hombres adultos participantes, se observó los cambios que ocurren en la actividad cerebral, mientras estos visualizaban vídeos con contenido sexualmente explicito (pornográficas), estas pruebas pretenden obtener mayor información sobre la relación entre el cerebro y los adictos al sexo.

Este estudio se registra una mayor actividad en las áreas o centros de recompensa, cuando se observaban las imágenes, y  que estas, son los mismas que se activan, en los  adictos cuando observan las drogas que consumen.

Dos de los hombres que participaron en el estudio habían perdido su empleo después de consumir pornografía en el lugar de trabajo, y cuatro de ellos expresaron que la pornografía era una forma de evitar las agencias de prostitución y los fetiches. Todos ellos estaban obsesionados con pensamientos y comportamientos sexuales, pero no está claro que sean "adictos" de la misma forma en que los fumadores son adictos a la nicotina.

Luego compararon los resultados obtenidos, entre personas que reportan un comportamiento sexual compulsivo hacia la pornografía y otras sin esta conducta. Los resultados, publicados en la revista PLoS One, mostraron mayores niveles de actividad en aquellos "adictos" en tres partes específicas del cerebro: el estrato ventral, el córtex del cíngulo anterior y la amígdala.

Otras  investigaciones  argumentan que las características de los adictos sexuales, se asemejan más, a las personas sufren de un trastorno obsesivo-compulsivo. Adema,  otros expertos aseguran que cada vez hay más jóvenes incapaces de mantener una erección cuando realizan relaciones sexuales en pareja, porque hacen un consumo excesivo de pornografía.

El Comportamiento sexual compulsivo se define como una preocupación excesiva por el sexo, y utiliza a este, como una forma de hacer frente a experiencias difíciles o estresantes, segun Rory Reid, un psicólogo de la Universidad de California, en los Ángeles, que investiga las adicciones. Este comportamiento se convierte en un problema si interfiere con el trabajo o las relaciones con las demás personas.

Según Manual Diagnostico en Sexología III, este comportamiento se clasifica dentro de la frecuencia sexual excesivamente alta y se denomina como  la adicción a la Función Sexual, según este libro es un cuadro clínico caracterizado por la dependencia al Ejercicio de la Función Sexual que implica búsqueda compulsiva, culpa postcoital y síntomas de abstinencia, a pesar de las consecuencias negativas de la conducta (físicas, legales o sociales), lo cual constituye la especificidad fundamental.


La doctora Valerie Moon, de la Universidad de Cambridge, señalo que:  "Este es el primer estudio hecho sobre gente con este tipo de problemas, que analiza su actividad cerebral, pero no creo que hayamos llegado todavía al punto en el que se pueda decir claramente que hablamos de una adicción". "No sabemos si algunos de estos efectos se deben a predisposiciones; o sea, no estamos seguros de si esta mayor actividad en estas áreas ayuda a desarrollar comportamientos de este tipo o de si es un efecto de la pornografía, realmente es muy difícil de decir". La especialista, también añadió que cuanto antes se da la exposición a las drogas, mayor es el riesgo de desarrollar una adicción. Sin embargo, en el caso de la adicción al sexo, no existe suficiente evidencia del impacto que tiene sobre adolescentes consumir pornografía en internet.

El doctor John Williams, director del departamento de neurociencia y salud mental en la fundación de caridad Wellcome Trust, aseguró: "Los comportamientos compulsivos, incluido ver pornografía en exceso, comer mucho o el juego, son cada vez más comunes".
Este estudio permite avanzar  significativamente en el camino, con respecto a la asociación de la conducta sexual compulsiva con la adicción,  aunque se deben realizar muchas más investigaciones para comprender con claridad las similitudes, entre la conducta excesiva con respecto a la actividad sexual y el comportamiento indomable en el consumo de drogas.

En conclusión, en la actualidad se considera que la adicción al sexo se presenta en personas que tienen la predisposición hacia un comportamiento obsesivo compulsivo,  está acción hace se produzca en el cerebro, una potente hormona llamada endorfina (son producidas por la glándula pituitaria durante el ejercicio físico,la excitación, el dolor, el consumo de alimentos picantes o del chocolate, el enamoramiento y el orgasmo, son similares a los opiáceos en su efecto analgésico y de sensación de bienestar), que actúan como recompensa y este neurotransmisor a su vez, estimula la repetición del acto para volver a sentir el placer,  este ciclo repetitivo, se llama, el circulo de la auto obsesión compulsiva, que hace su efecto cuando se consume una sustancia química, similar a las drogas ingeridas por un adicto.

Es importante que las personas con adicción a la Función Sexual, busquen ayuda clínica especializada (psicólogos, psiquiatras, sexologos), lo más pronto posible para evitar las repercusiones negativas  que puede desencadenar estas conductas en los ámbitos de vida como los físicos, sociales y hasta los legales, porque pueden hasta llegar a ser condenados. Los prestadores de servicio de salud deben comprender, los mecanismos neurobiológicos que generan, el comportamiento de los adictos sexuales, para brindar una ayuda oportunidad (prevención) y el tratamiento adecuado.

Autora: Mayra Hernandez
Fecha: 12/05/16

martes, 10 de mayo de 2016

¿El sexo aumenta la inteligencia?

¿El sexo aumenta la inteligencia? 

Trabajando de manera independiente, investigadores de Corea del Sur y Estados Unidos han llegado a la misma conclusión: la actividad sexual estimula el crecimiento de nuevas células cerebrales, mejorando el desempeño cognitivo. Al menos eso se ha demostrado en experimentos con ratones de laboratorio.


Un equipo de psicólogos de la Universidad de Maryland encontró que las experiencias sexuales incrementan el número de neuronas generadas en el hipocampo; la estructura cerebral responsable de la memoria a largo plazo. Permitieron a ratas tener encuentros sexuales durante media hora al día, los cuales fueron cuidadosamente monitoreados y registrados.

Posteriormente, los ratones maduros fueron puestos a prueba. Encontraron que las relaciones sexuales habían reparado el declive mental asociado a la edad, restaurando la función cerebral a niveles comparables con aquellos ratones adultos jóvenes. Concluyeron que el sexo periódico estimula la neurogénesis adulta (el desarrollo de las neuronas). Curiosamente, encontraron que si el sexo paraba, se perdían las mejorías en el desempeño cognitivo.

Científicos de la Universidad Kontuk en Corea del Sur realizaron un experimento similar y, al obtener los mismos resultados, concluyeron que el sexo contrarresta los efectos negativos del estrés, los cuales afectan el desarrollo del cerebro. Encontraron que el estrés es uno de los principales inhibidores de la neurogénesis y que el sexo neutraliza su impacto.

Fecha: 29/04/16
Fuente: http://noticiaaldia.com/2016/04/el-sexo-aumenta-la-inteligencia/



Como influye la corteza cerebral y el sistema límbico, en la función sexual

Como influye la corteza cerebral y el sistema límbico, en la función sexual


Muchos estudios científicos realizados, tanto en seres humanos como en animales han demostrado la importancia del  cerebro en la actividad sexual. Una de las principales zonas anatómicas de este órgano es la  corteza cerebral prefrontal, que está involucrada en la percepción de estímulos sensoriales y psíquicos (imágenes, recuerdos, fantasías, caricias y palabras eróticas), que son los principales acrecentadores del deseo sexual, permiten la liberación de dopamina (neurotransmisor que activa el centro de recompensa del cerebro) que conecta áreas corticales paralímbica (corteza orbito-frontal, ínsula, polo temporal, complejo del cíngulo). Algunas regiones como la ínsula y partes del núcleo estriado, están involucradas tanto en el deseo sexual, como en el sentimiento de amor, se piensa que existe una vía común a las sensaciones de placer, que lleva a la activación de algunas partes del cuerpo estriado. De esta manera, muchos estímulos placenteros como el ejercicio de la función sexual, producen la secreción de este poderoso neurotransmisor. 

En el hipotálamo (implicado en la esfera de los instintos) conocido popularmente como el centro del placer y el dolor del cerebro límbico, se encuentran 2 áreas: el área preóptica (funciones de apareamiento y reproducción), que está involucrada en la búsqueda  de  la  actividad sexual  y el núcleo supraquiasmático  que controla el ritmo circadiano y ciclos reproductivos. La corteza cerebral está conectada con el hipotálamo, el cual se relaciona con las diferentes estructuras nerviosas, recibe varias vías neurológicas de comunicación, del sistema límbico, del tálamo y de él parten vías de comunicación hasta el tálamo, la médula y la hipófisis; también se relaciona con el sistema nervioso autónomo y las glándulas endocrinas, que se encargan de la producción y mantenimiento en el torrente circulatorio de la mayor parte de las hormonas sexuales, dando lugar a las transformaciones fisiológicas propias de la respuesta sexual.

La médula espinal se extiende a lo largo de la espalda y es la conductora de los impulsos desde la piel o mundo exterior hacia el tallo cerebral. Está compuesta por el sistema nervioso aferente y eferente. El sistema nervioso aferente transporta los impulsos desde las aperturas o poros de la piel hasta la medula espinal y luego hasta el tallo cerebral. Dentro del tallo cerebral estos impulsos pasan a través de un grupo de fibras conocido con el nombre de sistema reticular activador y así llegan al cerebro límbico y luego a la neocorteza. Desde allí los impulsos son devueltos a través del sistema nervioso eferente a los músculos para efectuar la acción en el mundo exterior.

De este modo la información procedente del medio ambiente penetra, por lo menos, hasta nuestro tallo cerebral sin ser consciente de ello. Posteriormente a medida que pasa por el sistema límbico es que se hace consciente, en forma de sentimiento, o como pensamiento, imagen o intuición al entrar a la corteza. Estas señales podrían mantenerse inconscientes hasta que aparezcan en nuestro hemisferio izquierdo o en el derecho. Las conexiones la corteza con los circuitos de la médula espinal, le permiten  recibir y elaborar la información que le llega, y a su vez remite órdenes e información al resto de las estructuras nerviosas, por lo que puede activar, controlar y garantizar las respuestas genitales en las diferentes actividades sexuales.

El sistema límbico que son un conjunto de estructuras nerviosas que rodeando el tronco cerebral, como si se tratara de un anillo,  y fundamentalmente está conformado por cinco grandes estructuras que se denominan: hipocampo, amígdala, septum, giro cingulado y campos de proyección olfatoria, tiene gran influencia en todo lo concerniente a la activación y respuesta de la función sexual.

Una de las funciones fundamentales de la amígdala es aplicar significado emocional a los estímulos del entorno, en la función sexual  permite las sensaciones de placer. esto lo realiza gracias, a que  almacena, activa, procesa estas emociones y las respuestas fisiológicas que las emociones producen; como taquicardia, aumento de las respiraciones por minuto, tensión muscular, descargas de adrenalina, entre otra, que juegan un papel fundamental en la conducta sexual.  La amígdala recibe información del tálamo y la dirige a zonas específicas a la corteza, para la toma de decisiones

Otra formación de gran importancia dentro del sistema límbico es el hipocampo, interviene en el recuerdo de encuentros sexuales previos, por lo que puede llegar a ser un método efectivo en la activación de la Situación - Estimulo Sexual, además, se cree que ejerce una influencia moduladora de la tumescencia genital, regulando por tanto la afluencia de volumen sanguíneo al aparato genital, lo cual es hasta la actualidad el índice más fiable para medir la excitación y la respuesta sexual.

Otra zona La región septal está asociada con la excitación sexual, la cual es  un fenómeno mental, que ocasiona una serie de vibraciones en esta zona y en el tálamo, las cuales se mezclan fácilmente, por su proximidad, juntas establecen la conexión entre lo que nos afecta y aquello que nos hace sentir sexuales. La conexión vibratoria entre el afecto y la sexualidad es evidente aunque se oriente solo en pensamientos o se realice una acción. El giro cingulado es parte integrante del sistema límbico y que se encuentra involucrado en la formación de emociones, procesamiento de datos básico referidos a la conducta, aprendizaje y memoria (interpreta la emoción externa), es fundamental comprender que en la corteza cingulada anterior se realiza el control de las funciones ejecutivas y de las emociones.

Uno de los métodos más estimulante, en la función sexual es el olfato, esto se lleva a cabo gracias a los campos de proyección olfatoria, los olores influyen en las emociones, si son agradables, nos atraen y nos afectan, especialmente los perfumes, el olor de la piel, las feromonas o nos repelen si son desagradables. Los bulbos olfatorios también conectan información olfativa con el hipocampo.


Al llegar al orgasmo se activa la corteza cingulada media y la corteza cingulada anterior subgenual, se correlacionan positiva y negativamente, respectivamente, en dependencia de los niveles de excitación sexual alcanzados previamente. Después se activa la inhibición sexual en la corteza prefrontal ventromedial, para que se produzca la fase de resolución sexual en donde todos los órganos vuelven al estado previo a la excitación sexual. El área tegmental ventral (interviene en la motivación) lo que influye en el número y la duración del orgasmo.




Es importante destacar el papel de la corteza cerebral y el  sistema límbico, ya que, se ha demostrado la relación, que existe entre, estas zonas del cerebro y la función sexual, ya que se relaciona con los centros del placer, algunas investigaciones en animales han demostrado que al estimular algunos los puntos específicos del cerebro superior como los destacados anteriormente, dan lugar a un aumento del tamaño del clítoris similar al de la excitación sexual de la hembra (tumescencia clitoridiana), serían los mismos que en el macho causan la erección del pene, tal como parece haberse demostrado en experiencias con animales. Aunque la estimulación de estas áreas también se ha realizado en seres humanos, con resultados variables, algunos hombres apreciaron tras el experimento una cierta sensación de bienestar poco definida, en otros casos dio lugar a estados de auténtica euforia, por lo que se deben realizar más estudios de carácter científico.


Autora: Mayra Hernandez  Fecha: 10/01/16

Las hormonas sexuales y el cerebro

Las hormonas sexuales y el cerebro

¿Alguna vez has utilizado expresiones como "se te alborotó la hormona" o "la agarraste en sus días"? En realidad estas expresiones hacen alusión a la influencia de las hormonas sexuales en nuestro estado emocional, que es sólo uno de los muy variados efectos que estos mensajeros químicos tienen en el cerebro.

Si medimos un descubrimiento por su impacto en nuestras vidas, no cabe duda que el de las hormonas sexuales y el papel que éstas desempeñan en nuestro organismo se quedaría con uno de los primeros lugares. Ésta debe ser una de las razones por las cuales varios premios Nobel en medicina y en química han sido otorgados a científicos que han realizado estudios relacionados con estas sustancias. Las hormonas sexuales están en el centro de la llamada "revolución sexual" del siglo XX, que se inició con el desarrollo de la píldora anticonceptiva en los años 60. Esto produjo un cambio enorme en la manera de entender la sexualidad, que a su vez se ha reflejado en otras áreas de la vida social e individual. Pero lo que estas hormonas regulan en nuestro organismo va más allá de la reproducción y la conducta sexual: influyen en nuestro estado de ánimo, la memoria y el sueño.

Las hormonas sexuales están con nosotros durante toda la vida, incluso desde antes del nacimiento. Son sustancias que se producen principalmente en las gónadas (ovarios y testículos) y viajan por la sangre. Químicamente hablando, son moléculas de lípidos (grasas) que pertenecen a un grupo de compuestos denominados esteroides, los cuales se forman a partir del colesterol en las gónadas, la placenta, la glándula adrenal y el sistema nervioso.

Entre los esteroides sexuales más importantes están las típicamente consideradas hormonas femeninas como el estradiol y la progesterona, y la muy masculina testosterona. Cada una de ellas pertenece, respectivamente, a familias de compuestos conocidos como estrógenos, progestinas y andrógenos. Estas hormonas están presentes tanto en hombres como en mujeres, sin embargo sus concentraciones son diferentes en ambos sexos y cambian a lo largo de nuestra vida, particularmente en la mujer durante el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia (véase tabla). Así, por ejemplo, los hombres en la edad adulta tienen 15 veces más testosterona que las mujeres mientras que el estradiol está de cinco a 10 veces más concentrado en las mujeres que en los hombres. Los niveles de ambas hormonas son más altos en adultos que en niños y ancianos.

¿Siempre estás pensando en sexo?

Quizá respondas que también te gusta el fútbol o argumentes que el sexo no es todo en la vida y que el amor y la comprensión son básicos. Independientemente de tu respuesta, lo que sí es vital es la participación de las hormonas sexuales, a través de su acción en el sistema nervioso central, en nuestra conducta sexual y en la reproducción.
Desde hace varios años se sabe que el estradiol y la progesterona, a través de su acción en sitios específicos del cerebro como el hipotálamo, son fundamentales en la ovulación y la conducta sexual femenina. De hecho, si se alteran los niveles normales de estas hormonas no hay ovulación y por lo tanto tampoco embarazo; éste es justamente el efecto que tienen las píldoras anticonceptivas.

Niveles circulantes de estradiol y progesterona en la mujer

Etapa Estradiol Progesterona
(picogramos/mililitro)
Ciclo menstrual    
Menstruación 10-30 100-500
Folicular 30-100 100-1000
Ovulatoria 100-400 1000-2000
Lútea 50-200 4000-15000
Embarazo    
Primer trimestre 1500-6000 15000-50000
Tercer trimestre 6000-30000 75000-150000
Posmenopausia 5-20 50-250
1 picogramo = 1 x 1012 gramos    

La conducta sexual femenina es estimulada por el estradiol y la progesterona, por lo que en la etapa ovulatoria, cuando los niveles de ambas hormonas son altos, la mujer es más susceptible a una relación amorosa, es más cariñosa y está más dispuesta a una relación sexual. A diferencia de la mujer, en el hombre adulto no hay fluctuaciones cíclicas en los niveles de testosterona, por lo que su líbido y potencia sexual se rigen además de la testosterona por otros factores tanto biológicos como psicosociales.

¿Qué son las hormonas?

Las hormonas son los mensajeros químicos del sistema neuroinmunoendócrino. En este sistema participan una compleja red de señales químicas que controlan muchas de las respuestas y funciones del cuerpo; unas producen respuestas instantáneas (como las respuestas al miedo), pero otras actúan más lentamente, "diciéndole" a otra parte del cuerpo cuándo y cuánto crecer. Todos los vertebrados cuentan con este sistema para:
  • Mantener el equilibrio interno del cuerpo, es decir, regulan la nutrición, el metabolismo, la excreción, y el balance de sal y agua.
  • Reaccionar a los estímulos externos.
  • Regular el crecimiento, el desarrollo y la reproducción.
  • Producir, usar y guardar la energía.
  • Activar la respuesta inmunológica.
El sistema neuroinmunoendócrino consta de: las estructuras productoras y liberadoras de hormonas como las glándulas; las hormonas, que son los mensajeros que viajan a través de la sangre hasta llegar a un órgano o tejido específico, y las células de éstos, que cuentan con los receptores necesarios para recibir la señal o mensaje y llevar a cabo la instrucción indicada por la hormona.
Las hormonas se producen en el hipotálamo, la glándula pineal, la pituitaria o hipófisis, la tiroides, la paratiroides, el timo, las glándulas adrenales, el páncreas, los testículos y los ovarios, entre otros órganos.

Ella y él

Los hombres y las mujeres pensamos, sentimos y actuamos diferente, pero ¿por qué? Se sabe, aunque no siempre lo comprendemos en nuestra vida diaria, que el cerebro de una mujer es distinto al de un hombre. Así, por ejemplo, en el hipotálamo (zona del cerebro que regula una gran cantidad de procesos fisiológicos, entre otros, el control de la temperatura y el del ciclo sueño-vigilia), hay regiones que participan en la conducta sexual cuyo tamaño, cantidad de células o las sinapsis (estructuras de comunicación entre dos neuronas) que establecen son diferentes en individuos de un sexo o de otro, lo cual repercute en la vida de todos nosotros.

Estas diferencias se basan en un fenómeno muy interesante, conocido como diferenciación sexual del cerebro, en el que la participación de las hormonas sexuales es fundamental. Cabe mencionar que este fenómeno es parte de un proceso más amplio e incluye la formación de órganos sexuales bien definidos y la generación en la adolescencia de características sexuales secundarias, como son en las mujeres el crecimiento de los senos y la acumulación de grasa en las caderas, y en los hombres el engrosamiento de las cuerdas vocales que lleva al cambio de voz, la aparición y el crecimiento de la barba y el bigote.

Los cambios en la organización del cerebro (volumen de algunas regiones cerebrales y establecimiento de diferentes sinapsis) producidos por las hormonas sexuales en etapas tempranas del desarrollo embrionario, son permanentes, por lo que establecen de por vida las conductas sexuales asociadas a la reproducción. Hay datos interesantes para el caso de animales de experimentación como las ratas. En ellas los cambios en la organización del cerebro producidos por las hormonas no ocurren durante el desarrollo embrionario, sino poco después del nacimiento. Se ha observado que ratas hembras expuestas a testosterona durante los primeros días del desarrollo posnatal no presentan la conducta sexual típica de su sexo en la edad adulta sino que, por el contrario, pueden presentar una conducta sexual masculina. Sin embargo, hasta ahora no se ha determinado si las preferencias sexuales en el ser humano dependen de diferencias en la exposición a las hormonas sexuales en etapas tempranas del desarrollo.

Las diferencias en la organización del cerebro que causan las hormonas sexuales permiten explicarnos, en cierta medida, por qué los hombres y las mujeres presentamos una conducta sexual diferente, no apreciamos de la misma manera las situaciones que se presentan en nuestras vidas y poseemos distintas habilidades mentales. Por ejemplo, por lo general las mujeres tienen mayor fluidez verbal, mejor coordinación motora fina y mayor velocidad en la percepción e identificación de objetos que los hombres, mientras que éstos presentan un mayor razonamiento matemático y una mejor comprensión de relaciones espaciales y de navegación a través de una ruta. Si llegáramos a entender que hombres y mujeres tenemos un cerebro diferente quizá nos comprenderíamos mejor y tendríamos menos problemas.

Mucho más que sexo

Además del papel fundamental que tienen las hormonas sexuales en la regulación de la reproducción, éstas influyen en nuestro comportamiento y estado de ánimo. Los cambios tan impactantes en la conducta de los adolescentes se deben en gran parte a los cambios hormonales que experimentan a partir del inicio de la pubertad y duran varios años. Estos cambios producen la aparición de las características sexuales secundarias y el establecimiento de la fertilidad en ambos sexos, el aumento en los niveles de testosterona en el hombre y la regularización en la periodicidad del ciclo menstrual en las mujeres.

En distintas especies de mamíferos la mayor agresividad que se observa en los machos respecto a las hembras —que es muy importante en términos reproductivos, de defensa de territorio y de la manada— se ha asociado a los mayores niveles de testosterona presentes en los machos. La asociación entre niveles altos de testosterona y mayor agresividad en el hombre sigue siendo controvertida.

El estado de ánimo de la mujer adulta está muy relacionado con los niveles de estradiol y progesterona. La ansiedad e irritabilidad que se presentan en muchas mujeres al final de la última fase del ciclo menstrual, la llamada fase lútea, se ha asociado con la disminución en los niveles de progesterona y de los productos derivados de su procesamiento, al no haber ocurrido embarazo.
Se ha sugerido también que los cambios emocionales de las mujeres embarazadas y la disminución en la sensación de dolor, se debe al aumento en los niveles sanguíneos de progesterona y de sus derivados. Estos últimos tienen efectos tranquilizantes, relajantes, anestésicos y ansiolíticos (disminuyen la ansiedad).

Otros cambios emocionales importantes en las mujeres son los que generalmente se presentan durante la menopausia, como nerviosismo, ansiedad, irritabilidad y depresión, y se han asociado a la disminución en los niveles de estradiol y progesterona propios de esta etapa.
En lo que se refiere a los hombres adultos, todavía existe controversia sobre si presentan un fenómeno similar a la menopausia, al que se ha llamado andropausia. Lo que sí existe en los ancianos, además de la disminución en los niveles de testosterona, es una caída en la producción de espermatozoides y en la función sexual, lo que se acompaña en muchas ocasiones de cambios en el estado anímico.

Hormonas y deportes

En la actualidad ya contamos con andrógenos sintéticos que se utilizan con fines terapéuticos. Estos fármacos producen un aumento de peso y de masa muscular, por lo que se han vuelto muy populares entre varios tipos de atletas como ciclistas, futbolistas o levantadores de pesas. Es común que estos atletas ingieran dosis 100 veces mayores que las recomendadas por los médicos para tratar algún padecimiento. Ese uso de los andrógenos sintéticos, también llamados esteroides anabólicos, es ilícito y además de que quienes los emplean en eventos deportivos corren el riesgo de ser descalificados, producen una serie de efectos secundarios, entre otros acné, disminución del deseo sexual y cambios en el tamaño de los testículos y en la cantidad de espermatozoides.

Sueño y memoria

¿Alguna vez has pensado que las hormonas pudieran ser las responsables de que tengas tanto sueño? Pues resulta que la progesterona y sus derivados tienen propiedades hipnogénicas, esto es, que inducen el sueño. El aumento en el sueño durante el embarazo se debe en buena parte a los altos niveles de progesterona en las mujeres embarazadas y también se ha observado que la administración de progesterona induce el sueño en los varones. Se ha encontrado, además, que esta hormona y sus derivados tienen efectos anticonvulsivos en animales de experimentación, por lo que se estudia la posibilidad de utilizarlos en la terapia de la epilepsia, una de las enfermedades neurológicas más comunes en todo el mundo.

En investigaciones recientes se ha encontrado que las hormonas sexuales influyen en la memoria. En el caso de animales de experimentación, uno de los ejemplos más ilustrativos es el hecho de que el estradiol aumenta el número de sinapsis en el hipocampo (estructura cerebral fundamental en los procesos de memoria y aprendizaje), lo cual brinda mayores posibilidades de procesamiento de información. Por otro lado, en varios estudios clínicos se ha demostrado que la terapia con estrógenos aplicada a mujeres menopáusicas reduce el riesgo de presentar la enfermedad de Alzheimer y también retarda su aparición. Esta enfermedad es mortal y se caracteriza por una pérdida gradual y muy dramática de la memoria que llega a incapacitar totalmente a quien la padece.

Protección de las neuronas

Las neuronas son imprescindibles para todas las actividades cerebrales, por lo que cualquier daño en ellas repercute en el funcionamiento de nuestro cerebro. A través de diferentes experimentos realizados en animales y en cultivos de neuronas se ha demostrado que tanto el estradiol como la progesterona protegen a las neuronas de daños producidos por la falta de irrigación sanguínea, la carencia de oxígeno, el trauma cerebral por golpes, contusiones en la médula espinal y agentes tóxicos diversos que alteran el metabolismo y la función neuronal.

Se ha observado también que tanto la progesterona como la testosterona participan en la regeneración de los axones, prolongaciones de las neuronas que llevan información y establecen sinapsis, después de una lesión en el sistema nervioso. Estos hallazgos han llevado a varios investigadores a proponer el uso de las hormonas sexuales no sólo en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como la de Alzheimer, sino también en la recuperación de los pacientes que han sufrido daño cerebral.

Para pensar en la hormona

Uno de los aspectos más fascinantes de la relación que hay entre las hormonas sexuales y el cerebro es de qué manera una misma sustancia como el estradiol o la progesterona puede regular procesos tan distintos como la diferenciación sexual del cerebro, la memoria o el estado de ánimo. Todo esto es posible gracias a que las hormonas sexuales tienen diferentes mecanismos de acción que involucran muchos cambios en la actividad de diversos genes, aumento en la permeabilidad de la membrana celular para algunas sustancias y activación de diferentes proteínas en el interior celular.

Las hormonas sexuales además se comunican, a través de diferentes mecanismos celulares, con otros mensajeros químicos como los neurotransmisores, los factores de crecimiento y otras hormonas, lo que permite que todos ellos regulen de manera conjunta una función cerebral en particular de manera muy fina y muy precisa.

Finalmente es necesario recalcar que dado el gran espectro de funciones que tienen las hormonas sexuales en nuestro cerebro, hay muchos grupos de investigación en todo el mundo (por supuesto también en México) dedicados a esta área, con el fin de entender no sólo por qué pensamos, sentimos y actuamos de manera distinta los hombres y las mujeres a lo largo de nuestra vida, sino también para utilizar a dichas hormonas o a fármacos que tengan una acción similar (o contraria) a ellas para prevenir y tratar diversas enfermedades que afectan a nuestro cerebro.

Autor: El doctor Ignacio Camacho Arroyo es investigador de la Facultad de Química de la UNAM en áreas de neurobiología, biología de la reproducción y hormonas esteroides.

Fuente: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/43/las-hormonas-sexuales-y-el-cerebro

¿Por qué es bueno tener fantasías sexuales?

¿Por qué es bueno tener fantasías sexuales?

Sigmund Freud dijo alguna vez que “una persona feliz nunca fantasea, solo una insatisfecha”. ¡Y qué equivocado estaba! Casi todos los estudios sobre sexualidad que se han desarrollado en los últimos años han demostrado por qué es bueno tener fantasías sexuales. De hecho, las personas más activas y satisfechas sexualmente hablando, son las que más fantasean al respecto. En todo caso, lo triste es que esas fantasías sexuales reemplacen a la realidad.


Fantasear es visualizar

 El sexo empieza en el cerebro. Francisca Molero, sexóloga, ginecóloga y directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona, lo explica de la siguiente manera: así como los atletas de elite practican la técnica de la visualización y se ven a ellos mismos llegando los primeros a la meta, es normal que los adolescentes, todavía vírgenes, se imaginen, con todo lujo de detalles, manteniendo relaciones sexuales o llevando a cabo determinadas prácticas.


“Estudios científicos revelan que en el cerebro se activan las mismas áreas cuando haces algo que cuando imaginas hacerlo”, aclara, “además, cuanto más detalladas y precisas sean las fantasías mejor. Suponen un entrenamiento imaginario muy útil para poner en practica cuando llegue el momento”.

Las fantasías son el músculo del deseo

 Así las define el sexólogo español José Luís García. Entre otras funciones, también forman parte de la terapia a la hora de tratar la falta de deseo sexual recurrente. El cerebro es el órgano sexual por excelencia y un plan de erotización requiere empezar siempre por la cabeza.


En el caso de la Dra Molero, a sus pacientes les recomienda, más que leer literatura erótica, “cuando está muy bloqueado el deseo les pedimos que escriban sus fantasías sexuales y que las lean en voz alta”.



Por otro lado, y esto lo sabemos casi todos los mortales, si hablamos de masturbación, muchos hombres y mujeres utilizan las fantasías para llegar al orgasmo, estén solos o acompañados.



¿Ayudan a aliviar el estrés?

Según el libro Private Thoughts: Esploring the Power of Women’s Sexual Fantasies, de Wendy Maltz y Suzie Boss, además de mejorar la autoestima o facilitar el orgasmo, las fantasías eróticas contribuyen a aliviar el estrés y la tensión. De acuerdo con sus autoras, “proporcionan un arma fácil y accesible que las mujeres pueden usar para relajarse o escapar momentáneamente del estrés diario. Las fantasías pueden tener también un efecto calmante, similar al de la meditación, y no tienen porque implicar ningún tipo de estimulación física dirigida a la excitación a al orgasmo.



Algunas mujeres las utilizan para combatir la ansiedad cuando esperan en la consulta del médico o cuando realizan vuelos de muchas horas. Muchas describen la función de la fantasía como una manera de tomarse un descanso en sus mentes, distraerse y viajar hacia pensamientos más placenteros.

Fantasear no resuelve los problemas pero puede proporcionar un alivio a las preocupaciones diarias”. ¿Está claro, chicas?

¿Con qué fantaseamos?

 Un artículo del diario inglés The Independent, titulado How common is your sexual fantasy?, recoge un estudio realizado en la Universidad de Montreal, entre 1517 participantes (85,1% eran heterosexuales, 3,6 % eran homosexuales y el resto tenía preferencias sexuales no definidas).

Curiosamente, la fantasía sexual más común en hombres y mujeres es la de sentir emociones románticas durante el encuentro sexual, seguida del sexo oral y de tener sexo en lugares poco habituales. Además, el estudio revelaba una diferencia entre sexos: la mayor parte de las mujeres no quieren hacer realidad sus fantasías, mientras que la mayoría de los hombres si.


Ni buenas ni malas, son solo fantasías


Fantasear con una imagen sado-mado, no se traduce necesariamente en que se haga realidad. Se trata de un terreno como el de los sueños, “en los que la lógica y la moral no tienen cabida”, comenta Francisca Molero. “Lo único que importa es que cumplan su función de excitarnos.

Es muy normal que la gente tenga fantasías que hablen de acostarse con un miembro del sexo opuesto, de dominación, sumisión… Intentar buscarle el sentido o querer ver que, en el fondo, ese es nuestro más profundo deseo es algo totalmente equivocado”, acota.



Reprimir nuestras fantasías, explica esta experta, no es aconsejable y puede derivar, incluso, en un trastorno sexual. En este terreno deberíamos darnos permiso para dejar de ser nosotras mismas por algún tiempo y jugar a ser otra.

Autora: Laura Martínez Alarcón
Fuente: http://www.actitudfem.com/amor-y-pareja/sexo/solteras/por-que-es-bueno-tener-fantasias-sexuales

El sexo está en el cerebro: 10 datos sobre lo que ocurre en nuestra mente durante la actividad sexual

El sexo está en el cerebro: 10 datos sobre lo que ocurre en nuestra mente durante la actividad sexual

A pesar de las expresiones culturales ligadas con la actividad sexual, en cierto nivel seguimos siendo esclavos de las reacciones químicas que ocurren al interior de nuestro cerebro durante un episodio orgásmico; aquí un listado de dichos fenómenos.




En cuestiones de erotismo mucho se insiste en la importancia que la mente tiene en una relación sexual, especialmente aquellas que se dan entre personas que han establecido relaciones más o menos fijas y en quienes la imaginación, la fantasía, la seducción mental, son los estimulantes que suplen otras circunstancias de relaciones más esporádicas como el enfrentamiento a lo desconocido, el riesgo, entre otro.

A un nivel mucho más literal es posible decir que, en efecto, el sexo está en el cerebro, pues a pesar de toda nuestra cultura desarrollada, en cierta medida seguimos siendo sirvientes de nuestras estructuras físicas y biológicas, de los químicos que se agitan en nuestro interior y que nos dictan nuestras reacciones. Neurotransmisores, hormonas, terminales nerviosas a las que es posible reducir la experiencia sexual.
A continuación un listado de algunos de los fenómenos que experimentas gracias a tu cerebro y sus auxiliares cuando mantienes un encuentro sexual.

El tamaño sí importa
El área preóptica del hipotálamo, encargada de regular las conductas de apareamiento, tiene casi el doble de tamaño en los hombres en comparación con las mujeres, y tiene también casi el doble de células, una distinción que al parecer comienza a desarrollarse a partir de los 4 años de edad.

Localización
De acuerdo con investigaciones recientes, el cerebro masculino dedica el doble de espacio al sexo del que ocupa en el femenino. En la mujer la estimulación vaginal, de los pezones y del clítoris enciende el córtex sensorio, aunque en regiones separadas. Esta es la razón por la cual, a diferencia de los hombres, las mujeres encuentran excitante la manipulación de sus pezones, porque esta se encuentra cerebralmente relacionada con la estimulación genital.

“Hoy no: me duele la cabeza”
La renuencia al sexo, que incluso se ha vuelto motivo de chiste y caricatura, podría deberse a niveles fuera de los normal de serotonina, el conocido neurotransmisor. Según una investigación de la Escuela de Medicina de Wake Forest, altos niveles de serotonina están relacionados con un libido disminuido, aunque en ese mismo estudio se encontró que las personas con migrañas recurrente poseen bajos niveles de serotonina.

¿Genera el sexo problemas mentales?
El sexo es una de las fuerzas más básicas de nuestra naturaleza que sin embargo, una vez que se recubre de cultura y civilización, parece generar más problemas que satisfacciones. Según Joseph Shrand, psiquiatra en Harvard, el sexo es intoxicante: literalmente. Su acción genera un cóctel de químicos dominado sobre todo por la dopamina, un poderoso neurotransmisor presente en emociones que pronto se convierten en pasiones como la excitación, el deseo, el placer y la sensación de recompensa. Y, como todos los químicos, este también es potencialmente adictivo.

Obsesionarse con alguien: también un neuro-algortimo químico
El singular fenómeno del equívoco amoroso —enamorarse irremediablemente de la persona equivocada— parece ser efecto, según las investigaciones de Catherine Salmon, de la oxitocina, un neuroquímico que se libera durante el orgasmo y que, en el caso de las mujeres, genera una atracción física para con el hombre con quien lo experimentaron —sin que importe nada más.

“¡Oh, Dios!”
Las alusiones a Dios durante el instante más placentero del clímax parecen no ser del todo casuales, pues de acuerdo con las investigaciones de Andrew Newberg, neurocientífico de la Jefferson University, existe una relación entre la experiencia religiosa y la sexual, al grado de que monjas católicas que rezan y monjes budistas que meditan muestran patrones de actividad cerebral similares a los de personas sexualmente excitadas.

Testosterona: el titiritero de los hombres
La testosterona hace hacer al hombres cosas que en realidad no querían hacer, por ejemplo, tener erecciones involuntarias. Los receptores de esta hormona en el sistema nervioso se encuentran en la médula espinal, los testículos, el pene y, por supuesto, el cerebro, por lo cual es posible reaccionar así sin que medie un deseo sexual o la conciencia misma de la erección.

Testosterona: la diferencia entre la estabilidad y la inestabilidad de pareja y paternal
Por mucho tiempo se creyó que los hombres, en general, no podían sostener por mucho tiempo una relación emocional porque la testosterona los empujaba a la búsqueda de nuevos patrones, lo cual es parcialmente cierto, pero no del todo cuando se comprueba, por ejemplo, que existen muchos padres totalmente capaces de estabilidad y fidelidad. Esto se explica porque los niveles de testosterona disminuyen mientras más tiempo se pase cuidando a un hijo.

¿Cuánto tiempo tarda el cerebro en discernir el atractivo sexual de un desconocido?
Stephanie Ortigue y Francesco Bianchi-Demicheli llevaron a cabo un estudio en el que encontraron que el cerebro tarda apenas .02 segundos en registrar si una persona en traje de baño es deseable o indeseable sexualmente.

¿Hasta dónde llega la capacidad clasificatoria del cerebro?
Ese primer discernimiento no es, en modo alguno, el único. La atracción sexual es solo el primer criterio de otros que forman parte de un cálculo, si no siempre preciso, al menos sí completo sobre las probabilidades de emparejarse con otra persona. Situados en una máquina de resonancia magnética, voluntarios en una investigación del Trinity College acertaron en 6 de cada 10 ocasiones en que seleccionaron a personas con quienes pensaron que podrían salir y que efectivamente consumaron una cita. En este proceso está involucrado el córtex prefrontal dorsomedial, donde se juzga el atractivo físico de una persona.

Por: pijamasurf - 01/17/2013
Fuente: http://pijamasurf.com/2013/01/el-sexo-esta-en-el-cerebro-10-datos-sobre-lo-que-ocurre-en-nuestra-mente-durante-la-actividad-sexual/


El cerebro… ese gran órgano sexual


El cerebro… ese gran órgano sexual

De él depende qué es excitante y qué no, que nos atrae o nos produce rechazo. Saber reconocer las emociones que nos provoca y aprender a utilizar nuestra inteligencia sexual es fundamental para disfrutar plenamente de nuestras relaciones.

¿Crees que tu sexualidad está exclusivamente en los genitales, la boca o los senos? Te equivocas. Tal vez, añadirías el cuello, las orejas o la espalda… pero el principal órgano sexual es nuestro cerebro, que además de regular la secreción hormonal también manda en nuestras emociones.
Cualquier parte de nuestra anatomía puede ser un ‘punto G’ con una estimulación adecuada. Pero para ello, nuestro cerebro debe interpretarla como excitante y placentera. Entonces pone en marcha una descarga de feniletilamina, un compuesto de la familia de la oxitocina que desata la pasión. Esta descarga es la responsable de la excitación y de que se produzca la dopamina, que es el neurotransmisor relacionado con el placer y la recompensa.
El placer gestiona la dopamina, que es capaz de hacernos olvidar nuestros problemas y dolores cuando estamos en pleno momento erótico. Por eso unas buenas y apasionadas relaciones eróticas pueden desatar la necesidad de recibir esa recompensa y convertir el sexo en adictivo.

Inteligencia sexual

La mayoría de las mujeres no alcanza el orgasmo sólo con la penetración. Dejarse llevar es la mejor forma de sentir placer. Si intentas controlar la respuesta sexual, puedes acabar forzando la situación y no llegar al orgasmo o tener una mala experiencia. Debemos ser capaces de reconocer, en nosotros mismos y en nuestros compañeros sexuales, las emociones que provoca la estimulación de ciertas zonas erógenas. Y con este conocimiento adquirir, desarrollar y dominar habilidades con el tiempo encaminadas a enriquecer con ellas nuestra experiencia sexual.
Para disfrutar plenamente de nuestro cuerpo y nuestras relaciones hay que aprender a ser sexualmente inteligente. ¿Quieres saber cómo? Toma nota de estos consejos.
·         Aceptar nuestra sexualidad como algo natural y mejorable: Una buena base de educación sexual, libre de mitos y tabúes sexuales es fundamental para entendernos con naturalidad y descubrir cuál es la intervención real de nuestro cerebro en el proceso sexual.
·         Conocer nuestras partes más sensuales y eróticas: Saber qué nos atrae y qué nos gusta es tan importante como identificar qué nos da pudor, repugnancia, molesta o daña y en consecuencia potenciarlo o eliminarlo de nuestro repertorio de conductas sexuales para que nuestra experiencia siempre sea agradable.
·         Evitar comportamientos eróticos porque los demás los hacen: Puede generar expectativas falsas que, si no van contigo, van a hacer que el sexo deje de ser una experiencia gozosa y libre.
Autora: Natalia Domínguez, sexóloga
      Fuente: https://centradaenti.es/el-cerebro-ese-gran-organo-sexual/

lunes, 9 de mayo de 2016

Primer mapa cerebral del placer femenino

INVESTIGACIÓN | Con escáner cerebral


Primer mapa cerebral del placer femenino



El cerebro se activa de manera diferente según el área estimulada. | Foto: Barry Komisaruk


  • El estímulo de la vagina, clítoris y cérvix activa tres sitios distintos del cerebro

Llevan años advirtiéndoles y enseñándoles: no es lo mismo estimular el clítoris que la vagina. Y ellas tenían razón. Pero por primera vez, se ha podido constatar y 'visualizar' la ubicación exacta en el cerebro del placer femenino. Todo ha sido posible gracias a que 11 mujeres sanas y diestras han dejado que Barry Komisaruk, de la Universidad de Rutgers en EEUU, y su equipo 'observaran' sus 'tocamientos' en el laboratorio mediante el empleo de escáneres cerebrales (resonancia magnética). Los hallazgos han visto la luz en el último 'Journal of Sexual Medicine'.
En declaraciones a EL MUNDO, el científico Komisaruk reconoce: "Hemos demostrado, por primera vez, que la estimulación de la vagina, el cuello del útero y el clítoris activa tres sitios distintos y separados en la corteza sensorial. Las tres representaciones se agrupan en la misma región de la corteza sensorial, al igual que la estimulación de los genitales de los hombres activa zonas de esta área. Para nosotros lo que sí fue una sorpresa es que la autoestimulación del pezón activa no sólo la región de la corteza sensorial que esperábamos, sino que también activa las mismas zonas que la región genital, lo que explicaría por qué algunas mujeres pueden tener orgasmos a través del tocamiento del área mamaria".
Komisaruk aclara que "algunos expertos han afirmado que en la sexualidad femenina, la principal fuente de placer la proporciona el clítoris y que este goce es relativamente menor con la estimulación vaginal o del cuello uterino. Sin embargo, nuestros hallazgos muestran que existe una fuerte activación sensorial producida por la estimulación de estas dos últimas zonas. Esta es la base para un mejor entendimiento de cómo la manipulación genital se propaga de forma secuencial a través del cerebro a partir de la activación inicial de la corteza sensorial, para 'encender' al tiempo las regiones cerebrales que producen el orgasmo". La corteza sensorial o sistema motosensorial procesa la información a partir de las células nerviosas vinculadas a diferentes partes del cuerpo.
Manuel Desco, director de la Unidad de Medicina y Cirugía Experimental del Laboratorio de Imagen Médica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, reconoce que "el estudio aporta un mayor detalle sobre la localización de las áreas sensoriales correspondientes a la anatomía femenina. Es curioso que, como en muchos otros campos de la Medicina, los estudios clásicamente se han hecho esencialmente por y para varones, dejando bastante de lado las peculiaridades de la anatomía y fisiología femeninas".
Para poder llevar a cabo la investigación, los investigadores desarrollaron ensayos de cinco minutos que constaban de 30 segundos de descanso, otros 30 de autoestimulación, repetidos cinco veces seguidas. La parte del estudio que hizo de grupo control consistió en solicitar a las participantes que se tocaran de forma rítmica el pulgar o un pie para establecer así puntos de referencia en la corteza sensorial.

Cómo se hizo el experimento
Para poder 'mapear' el placer femenino, las participantes tuvieron que autoestimularse con la mano o con un vibrador cilíndrico, de 15 milímetros con movimientos rítmicos suaves o intensos en el clítoris, la pared anterior de la vagina, el cuello uterino o el pecho por separado, y al azar, en una secuencia de ensayos. Todas recibieron las instrucciones a través de unos auriculares que les permitieron estar en contacto continuo con los investigadores.
Durante el proceso de masturbación, se activaron hasta casi 30 áreas del cerebro, incluidas las que están relacionadas con el tacto, la memoria, la sensación de recompensa e, incluso, el dolor. Estos hallazgos pueden ayudar a reconocer que el orgasmo es un potente analgésico como se afirma desde hace algún tiempo.
Además el estudio de Komisaruk pone en tela de juicio la hipótesis defendida por algunos expertos que argumentan que las mujeres que obtienen placer de la estimulación vaginal "lo consiguen porque el clítoris está siendo estimulado indirectamente, pero nuestros resultados contradicen esto. Porque tal y como indica el estudio la vagina y el clítoris son fuentes directas de placer sexual, al igual que el cuello uterino, ya que estas zonas erógenas tienen sus propias terminaciones nerviosas que transportan las sensaciones a la corteza cerebral", insiste el experto estadounidense.
Los hallazgos son especialmente importantes, según su autor para las "mujeres que tienen una disminución de la respuesta sensorial a la estimulación genital, tal vez como resultado del daño del nervio o por culpa de una histerectomía (extirpación del útero), dado que podrían intensificar su respuesta genital mediante la adición de la estimulación del pecho".
Para el experto de Madrid, "resulta bastante curioso que la estimulación del pezón se acompañe de una respuesta cruzada también en áreas genitales, dado que se trata de una respuesta sensorial de muy bajo nivel. Sería más esperable que se produjeran conexiones cruzadas a niveles más elevados. Esto significa que, como se comenta en el artículo, podría haber algún mecanismo a un nivel muy bajo y la estimulación del pezón podría producir una estimulación subrogada muy directa del área genital".

Estudios en marcha
Desco opina, no obstante, que "el artículo deja pendiente la cuestión central del tema: si los orgasmos vaginales o clitoridianos tienen el mismo soporte cerebral o no. Las áreas cerebrales responsables no son las mismas que las dedicadas a la mera sensación táctil, por lo que habrá que esperar a posteriores estudios".
Barry Komisaruk adelanta que su trabajo actual está centrado en "tratar de convertir una secuencia de imágenes funcionales de resonancia magnética del cerebro, tomadas cada 2 segundos, durante la autoestimulación genital y tratar de capturar lo que sucede, durante y después del orgasmo. Tenemos la intención de presentar los primeros en la Conferencia Anual de la Sociedad para la Neurociencia que se celebrará en Washington, en noviembre. También estamos analizando la actividad cerebral de las mujeres que pueden estimular el orgasmo mujeres después de realizarse una histerectomía y, en el caso de los hombres, después de la únicamente con el pensamiento, sin ningún tipo de estimulación física, en comparación con aquéllas que aplican la estimulación genital. Y estamos analizando la respuesta sexual de las prostatectomía".


Autora: Patricia Matey | Madrid                       
Actualizado miércoles 26/10/2011 20:11 horas
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/09/20/sexualidad/1316511217.html

viernes, 6 de mayo de 2016

El lugar donde nace el placer

El lugar donde nace el placer

Describen por primera vez el denominado "circuito de recompensa cerebral".




El área tegmental ventral (VTA) es el principal eslabón del denominado “circuito de recompensa cerebral”. Esta área contiene neuronas que se proyectan hacia numerosas regiones del cerebro, desempeñando un papel fundamental en la motivación, el deseo, el placer y la valoración afectiva.
Las neuronas de la VTA también son la diana de acción de los fármacos antipsicóticos y antiparkinsonianos, al igual que de drogas psicoactivas como la cocaína, el éxtasis y el LSD.
En un trabajo reciente, un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) presentó por primera vez una descripción de la anatomía celular de estas neuronas.
"Contrariamente a lo que esperábamos, encontramos varios tipos de neuronas dopaminérgicas en la VTA,cada uno formando circuitos con distintas regiones cerebrales”, señala Lucía Prensa, del departamento de Anatomía, Histología y Neurociencia de la Facultad de Medicina de la UAM".
"Nuestro hallazgo sugiere que los efectos de los distintos fármacos y drogas podría afectar a cada tipo neuronal de modo diferente”, agrega la investigadora".
El sueño de Ramón y Cajal hecho realidad
Los cuerpos de las neuronas de la VTA se sitúan en el tronco encefálico. Los axones de estas neuronas –prolongaciones especializadas en conducir el impulso nervioso desde el cuerpo celular (soma) hacia otra célula­– liberan dopamina, inervando con este neurotransmisor la corteza cerebral y otras regiones cerebrales.
En el trabajo, los investigadores emplearon una técnica novedosa de transfección in vivo de neuronas individuales que les permitió visualizar y cuantificar el axón completo de una sola célula, sin importar la extensión y complejidad del axón.
"Los circuitos del cerebro están formados en gran parte por neuronas cuyo axón se extiende y ramifica sobre distancias enormes, de decenas de centímetros en el caso del cerebro humano. Hasta ahora había sido imposible analizar esos circuitos con resolución celular. Es el sueño de Santiago Ramón y Cajal hecho realidad”, subraya Francisco Clascá, del mismo departamento".
El trabajo, publicado en la revista Frontiers in Neuroanatomy, fue liderado por el laboratorio de los profesores Prensa y Clascá. Este laboratorio está aplicando dicha técnica al estudio de varios sistemas clave del cerebro como parte del proyecto multinacional Human Brain Project-EU Flagship, financiado por la Unión Europea a través del programa ‘Horizonte 2020’.
En el trabajo también participaron Ana Aransay y María García-Amado, doctorandas del programa de Neurociencia de la UAM, y Claudia Rodríguez-López, estudiante de Medicina de la misma universidad.


Por: Redacción Quo / Fuente: Agencia SINC




Lunes 25 de mayo de 2015
Fuente: http://quo.mx/noticias/2015/05/25/el-lugar-donde-nace-el-placer