martes, 10 de mayo de 2016
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El cerebro… ese gran órgano sexual
El cerebro…
ese gran órgano sexual
¿Crees que tu sexualidad está exclusivamente
en los genitales, la boca o los senos? Te equivocas. Tal vez, añadirías el
cuello, las orejas o la espalda… pero el principal órgano sexual es nuestro
cerebro, que además de regular la secreción hormonal también manda en nuestras emociones.
Cualquier parte de nuestra anatomía puede ser
un ‘punto
G’ con una estimulación adecuada. Pero
para ello, nuestro cerebro debe interpretarla como excitante y placentera. Entonces
pone en marcha una descarga de feniletilamina, un compuesto de la familia de la
oxitocina que desata la pasión. Esta descarga
es la responsable de la excitación y de que se produzca la dopamina,
que es el neurotransmisor relacionado con el placer y la recompensa.
El placer gestiona la dopamina, que es capaz
de hacernos olvidar nuestros problemas y dolores cuando estamos en pleno
momento erótico. Por eso unas buenas y apasionadas relaciones eróticas
pueden desatar la necesidad de recibir esa recompensa y convertir el sexo en adictivo.
Inteligencia
sexual
La mayoría de las mujeres no alcanza el
orgasmo sólo con la penetración. Dejarse llevar es
la mejor forma de sentir placer. Si intentas controlar la respuesta sexual,
puedes acabar forzando la situación y no llegar al orgasmo o tener una mala
experiencia. Debemos ser capaces de reconocer, en nosotros mismos y en nuestros
compañeros sexuales, las emociones que provoca la estimulación de ciertas zonas
erógenas. Y con este conocimiento adquirir, desarrollar y dominar habilidades con el tiempo encaminadas a enriquecer con ellas
nuestra experiencia sexual.
Para disfrutar plenamente de nuestro cuerpo y
nuestras relaciones hay que aprender a ser
sexualmente inteligente. ¿Quieres saber cómo? Toma nota de estos
consejos.
·
Aceptar nuestra sexualidad como algo natural
y mejorable: Una buena base de
educación sexual, libre de mitos y tabúes sexuales es fundamental para
entendernos con naturalidad y descubrir cuál es
la intervención real de nuestro cerebro en el proceso sexual.
·
Conocer nuestras partes más
sensuales y eróticas: Saber qué nos atrae y
qué nos gusta es tan importante como identificar qué nos da pudor, repugnancia,
molesta o daña y en consecuencia potenciarlo o eliminarlo de nuestro repertorio
de conductas sexuales para que nuestra experiencia siempre sea agradable.
·
Evitar comportamientos eróticos porque los
demás los hacen: Puede generar
expectativas falsas que, si no van contigo, van a hacer que el sexo deje de ser
una experiencia gozosa y libre.
Autora: Natalia Domínguez, sexóloga
Fuente: https://centradaenti.es/el-cerebro-ese-gran-organo-sexual/
1 comentarios:
Me parece interesante el artículo...ya que normalmente se suele minimizar o ignorar (en el ámbito informal claro esta) el papel determinante que juega el cerebro en el sano desempeño de la función sexual
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