martes, 10 de mayo de 2016
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El sexo está en el cerebro: 10 datos sobre lo que ocurre en nuestra mente durante la actividad sexual
En cuestiones de erotismo mucho se
insiste en la importancia que la mente tiene en una relación sexual,
especialmente aquellas que se dan entre personas que han establecido
relaciones más o menos fijas y en quienes la imaginación, la fantasía,
la seducción mental, son los estimulantes que suplen otras
circunstancias de relaciones más esporádicas como el enfrentamiento a lo
desconocido, el riesgo, entre otro.
A un nivel mucho más literal es posible
decir que, en efecto, el sexo está en el cerebro, pues a pesar de toda
nuestra cultura desarrollada, en cierta medida seguimos siendo
sirvientes de nuestras estructuras físicas y biológicas, de los químicos
que se agitan en nuestro interior y que nos dictan nuestras reacciones.
Neurotransmisores, hormonas, terminales nerviosas a las que es posible
reducir la experiencia sexual.
A continuación un listado de algunos de
los fenómenos que experimentas gracias a tu cerebro y sus auxiliares
cuando mantienes un encuentro sexual.
El tamaño sí importa
El área preóptica del hipotálamo,
encargada de regular las conductas de apareamiento, tiene casi el doble
de tamaño en los hombres en comparación con las mujeres, y tiene también
casi el doble de células, una distinción que al parecer comienza a
desarrollarse a partir de los 4 años de edad.
Localización
De acuerdo con investigaciones
recientes, el cerebro masculino dedica el doble de espacio al sexo del
que ocupa en el femenino. En la mujer la estimulación vaginal, de los
pezones y del clítoris enciende el córtex sensorio, aunque en regiones
separadas. Esta es la razón por la cual, a diferencia de los hombres,
las mujeres encuentran excitante la manipulación de sus pezones, porque
esta se encuentra cerebralmente relacionada con la estimulación genital.
“Hoy no: me duele la cabeza”
La renuencia al sexo, que incluso se ha
vuelto motivo de chiste y caricatura, podría deberse a niveles fuera de
los normal de serotonina, el conocido neurotransmisor. Según una
investigación de la Escuela de Medicina de Wake Forest, altos niveles de
serotonina están relacionados con un libido disminuido, aunque en ese
mismo estudio se encontró que las personas con migrañas recurrente
poseen bajos niveles de serotonina.
¿Genera el sexo problemas mentales?
El sexo es una de las fuerzas más
básicas de nuestra naturaleza que sin embargo, una vez que se recubre de
cultura y civilización, parece generar más problemas que
satisfacciones. Según Joseph Shrand, psiquiatra en Harvard, el sexo es
intoxicante: literalmente. Su acción genera un cóctel de químicos
dominado sobre todo por la dopamina, un poderoso neurotransmisor
presente en emociones que pronto se convierten en pasiones como la
excitación, el deseo, el placer y la sensación de recompensa. Y, como
todos los químicos, este también es potencialmente adictivo.
Obsesionarse con alguien: también un neuro-algortimo químico
El singular fenómeno del equívoco
amoroso —enamorarse irremediablemente de la persona equivocada— parece
ser efecto, según las investigaciones de Catherine Salmon, de la
oxitocina, un neuroquímico que se libera durante el orgasmo y que, en el
caso de las mujeres, genera una atracción física para con el hombre con
quien lo experimentaron —sin que importe nada más.
“¡Oh, Dios!”
Las alusiones a Dios durante el instante
más placentero del clímax parecen no ser del todo casuales, pues de
acuerdo con las investigaciones de Andrew Newberg, neurocientífico de la
Jefferson University, existe una relación entre la experiencia
religiosa y la sexual, al grado de que monjas católicas que rezan y
monjes budistas que meditan muestran patrones de actividad cerebral
similares a los de personas sexualmente excitadas.
Testosterona: el titiritero de los hombres
La testosterona hace hacer al hombres
cosas que en realidad no querían hacer, por ejemplo, tener erecciones
involuntarias. Los receptores de esta hormona en el sistema nervioso se
encuentran en la médula espinal, los testículos, el pene y, por
supuesto, el cerebro, por lo cual es posible reaccionar así sin que
medie un deseo sexual o la conciencia misma de la erección.
Testosterona: la diferencia entre la estabilidad y la inestabilidad de pareja y paternal
Por mucho tiempo se creyó que los
hombres, en general, no podían sostener por mucho tiempo una relación
emocional porque la testosterona los empujaba a la búsqueda de nuevos
patrones, lo cual es parcialmente cierto, pero no del todo cuando se
comprueba, por ejemplo, que existen muchos padres totalmente capaces de
estabilidad y fidelidad. Esto se explica porque los niveles de
testosterona disminuyen mientras más tiempo se pase cuidando a un hijo.
¿Cuánto tiempo tarda el cerebro en discernir el atractivo sexual de un desconocido?
Stephanie Ortigue y Francesco
Bianchi-Demicheli llevaron a cabo un estudio en el que encontraron que
el cerebro tarda apenas .02 segundos en registrar si una persona en
traje de baño es deseable o indeseable sexualmente.
¿Hasta dónde llega la capacidad clasificatoria del cerebro?
Ese primer discernimiento no es, en modo
alguno, el único. La atracción sexual es solo el primer criterio de
otros que forman parte de un cálculo, si no siempre preciso, al menos sí
completo sobre las probabilidades de emparejarse con otra persona.
Situados en una máquina de resonancia magnética, voluntarios en una
investigación del Trinity College acertaron en 6 de cada 10 ocasiones en
que seleccionaron a personas con quienes pensaron que podrían salir y
que efectivamente consumaron una cita. En este proceso está involucrado
el córtex prefrontal dorsomedial, donde se juzga el atractivo físico de
una persona.
Por: pijamasurf - 01/17/2013
Fuente: http://pijamasurf.com/2013/01/el-sexo-esta-en-el-cerebro-10-datos-sobre-lo-que-ocurre-en-nuestra-mente-durante-la-actividad-sexual/
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