martes, 10 de mayo de 2016
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Como influye la corteza cerebral y el sistema límbico, en la función sexual
Como influye la corteza cerebral y
el sistema límbico, en la función sexual
Muchos estudios
científicos realizados, tanto en seres humanos como en animales han demostrado
la importancia del cerebro en la actividad sexual. Una de las principales
zonas anatómicas de este órgano es la corteza
cerebral prefrontal, que está involucrada en la percepción de
estímulos sensoriales y psíquicos (imágenes, recuerdos, fantasías, caricias
y palabras eróticas), que son los principales acrecentadores del deseo
sexual, permiten la liberación de dopamina (neurotransmisor que activa el centro de recompensa del
cerebro) que conecta áreas
corticales paralímbica (corteza orbito-frontal, ínsula, polo temporal, complejo
del cíngulo). Algunas regiones
como la ínsula y partes del núcleo estriado, están involucradas tanto en el
deseo sexual, como en el sentimiento de amor, se piensa que existe una vía
común a las sensaciones de placer, que lleva a la activación de algunas partes
del cuerpo estriado. De esta manera, muchos estímulos placenteros como el
ejercicio de la función sexual, producen la secreción de este poderoso
neurotransmisor.
En el hipotálamo (implicado en la esfera de los
instintos) conocido popularmente como el centro del placer y el
dolor del cerebro límbico, se
encuentran 2 áreas: el área preóptica (funciones de apareamiento y
reproducción), que está involucrada en la búsqueda de la
actividad sexual y el núcleo
supraquiasmático que controla el ritmo circadiano y ciclos
reproductivos. La corteza cerebral está conectada con el hipotálamo, el cual se
relaciona con las diferentes estructuras nerviosas, recibe varias vías
neurológicas de comunicación, del sistema límbico, del tálamo y de él parten
vías de comunicación hasta el tálamo, la médula y la hipófisis; también se
relaciona con el sistema nervioso autónomo y las glándulas endocrinas, que se
encargan de la producción y mantenimiento en el torrente circulatorio de la
mayor parte de las hormonas sexuales, dando lugar a las transformaciones
fisiológicas propias de la respuesta sexual.
La médula espinal se extiende a lo largo de la espalda y
es la conductora de los impulsos desde la piel o mundo exterior hacia el tallo
cerebral. Está compuesta por el sistema nervioso aferente y eferente. El
sistema nervioso aferente transporta los impulsos desde las aperturas o poros
de la piel hasta la medula espinal y luego hasta el tallo cerebral. Dentro del
tallo cerebral estos impulsos pasan a través de un grupo de fibras conocido con
el nombre de sistema reticular activador y así llegan al cerebro límbico y
luego a la neocorteza. Desde allí los impulsos son devueltos a través del
sistema nervioso eferente a los músculos para efectuar la acción en el mundo
exterior.
De este
modo la información procedente del medio ambiente penetra, por lo menos, hasta
nuestro tallo cerebral sin ser consciente de ello. Posteriormente a medida que
pasa por el sistema límbico es que se hace consciente, en forma de sentimiento,
o como pensamiento, imagen o intuición al entrar a la corteza. Estas señales
podrían mantenerse inconscientes hasta que aparezcan en nuestro hemisferio
izquierdo o en el derecho. Las conexiones la corteza con los circuitos de la médula espinal,
le permiten recibir y elaborar la información que le
llega, y a su vez remite órdenes e información al resto de las estructuras
nerviosas, por lo que puede activar,
controlar y garantizar las respuestas genitales en las diferentes actividades
sexuales.
El sistema límbico que son un conjunto de estructuras
nerviosas que rodeando el tronco cerebral, como si se tratara de un anillo,
y fundamentalmente está conformado por cinco grandes estructuras que se
denominan: hipocampo, amígdala, septum, giro cingulado y campos de proyección
olfatoria, tiene gran influencia en todo lo concerniente a la activación y
respuesta de la función sexual.
Una de las funciones
fundamentales de la amígdala es aplicar significado emocional a los
estímulos del entorno, en la función sexual permite las sensaciones
de placer. esto lo realiza gracias, a que almacena, activa, procesa
estas emociones y las respuestas fisiológicas que las emociones producen; como
taquicardia, aumento de las respiraciones por minuto, tensión muscular,
descargas de adrenalina, entre otra, que juegan un papel fundamental en la
conducta sexual. La amígdala recibe información del tálamo y la dirige a
zonas específicas a la corteza, para la toma de decisiones
Otra formación de gran
importancia dentro del sistema límbico es el hipocampo,
interviene en el recuerdo de encuentros sexuales previos, por lo que puede
llegar a ser un método efectivo en la activación de la Situación - Estimulo
Sexual, además, se cree que ejerce una influencia moduladora de la tumescencia
genital, regulando por tanto la afluencia de volumen sanguíneo al aparato
genital, lo cual es hasta la actualidad el índice más fiable para medir la
excitación y la respuesta sexual.
Otra zona La región septal está asociada con la excitación
sexual, la cual es un fenómeno mental, que ocasiona una serie de
vibraciones en esta zona y en el tálamo, las cuales se mezclan fácilmente, por
su proximidad, juntas establecen la conexión entre lo que nos afecta y aquello
que nos hace sentir sexuales. La conexión vibratoria entre el afecto y la
sexualidad es evidente aunque se oriente solo en pensamientos o se realice una
acción. El giro cingulado es parte integrante del sistema
límbico y que se encuentra involucrado en la formación de emociones,
procesamiento de datos básico referidos a la conducta, aprendizaje y memoria
(interpreta la emoción externa), es fundamental comprender que en la corteza
cingulada anterior se realiza el control de las funciones ejecutivas y de las
emociones.
Uno de
los métodos más estimulante, en la función sexual es el olfato, esto se lleva a
cabo gracias a los campos de proyección
olfatoria, los olores influyen en las emociones,
si son agradables, nos atraen y nos afectan, especialmente los perfumes, el
olor de la piel, las feromonas o nos repelen si son desagradables. Los bulbos
olfatorios también conectan información olfativa con el hipocampo.
Al llegar
al orgasmo se activa la corteza cingulada media y la corteza
cingulada anterior subgenual, se correlacionan positiva y negativamente,
respectivamente, en dependencia de los niveles de excitación sexual alcanzados
previamente. Después se activa la inhibición sexual en la corteza prefrontal
ventromedial, para que se produzca la fase de resolución sexual en donde todos
los órganos vuelven al estado previo a la excitación sexual. El área tegmental ventral (interviene en la motivación) lo que influye en el número y
la duración del orgasmo.
Es importante destacar el
papel de la corteza cerebral y el sistema límbico, ya que, se ha
demostrado la relación, que existe entre, estas zonas del cerebro y
la función sexual, ya que se relaciona con los centros del placer, algunas
investigaciones en animales han demostrado que al estimular algunos los puntos específicos
del cerebro superior como los destacados anteriormente, dan lugar a un aumento
del tamaño del clítoris similar al de la excitación sexual de la hembra
(tumescencia clitoridiana), serían los mismos que en el macho causan la
erección del pene, tal como parece haberse demostrado en experiencias con
animales. Aunque la estimulación de
estas áreas también se ha realizado en seres humanos, con resultados variables, algunos hombres
apreciaron tras el experimento una cierta sensación de bienestar poco definida,
en otros casos dio lugar a estados de auténtica euforia, por lo que se deben realizar más estudios de carácter científico.
Autora: Mayra Hernandez
Fecha: 10/01/16
1 comentarios:
Excelente explicación sobre la estructura funcional como participa en el control y la expresión y el estado anímico y de las emociones, en este caso relacionadas a la función sexual
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